Santa Sede anunció este martes la próxima publicación de una constitución apostólica por la cual la Iglesia acepta la petición de numerosos obispos, sacerdotes y fieles anglicanos de regresar a la plena comunión con la Fe católica. Los solicitantes, miembros de la denominada Comunión Anglicana Tradicionalista, han rubricado un documento de adhesión al Catecismo de la Iglesia católica que posteriormente han depositado de forma simbólica en un santuario mariano de Inglaterra.
La Comunión Anglicana Tradicionalista, que agrupa a unos 500.000 miembros entre clero y seglares, constituyó una fracción de la Iglesia Anglicana hasta que decidieron abandonarla en el año 2007, una separación que se produjo a acusa de las serias diferencias con la deriva del anglicanismo en puntos de especial relevancia, tales como las ordenaciones sacerdotales de mujeres, la bendición de parejas homosexuales o la consagración como sacerdotes y obispos de homosexuales declarados y sexualmente activos. Todo ello ha generado una gran frustración entre los anglicanos más tradicionales que finalmente les ha llevado de vuelta a Roma.
En la constitución apostólica que se prepara al respecto, el papa Benedicto XVI establecerá una nueva estructura canónica, el ordinariato personal, para acoger los fieles ex-anglicanos que les permitirá entrar en plena comunión con la Iglesia católica conservando al mismo tiempo ciertos “elementos específicos del patrimonio espiritual y litúrgico anglicano”, según afirmó el cardenal William Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La figura de los ordinariatos personales, que no dependen de las diócesis, recuerda a la figura de la “prelatura personal” (la única que existe es el Opus Dei), o a los vicariatos castrenses, (diócesis sin territorio en la que un obispo representa la autoridad eclesiástica para los militares o fuerzas del orden católicos y sus familias, independientemente de donde se encuentren).
Dentro de las adaptaciones a la tradición anglicana, la nueva constitución permitirá a los pastores anglicanos casados que pasen a ser presbíteros dentro de la Iglesia católica junto con su esposa y su familia. Esta excepción ya se había permitido desde 1994 cuando, tras la primera ordenación de mujeres en la Iglesia Anglicana, varios sacerdotes de esta confesión pidieron su adhesión a la Iglesia católica conservando su estado clerical, que les fue concedida de manera individual.
Por su parte, los obispos casados anglicanos serán recibidos en la Iglesia católica, pero en calidad de presbíteros. Esta medida se da, según el cardenal Levada por “razones históricas y ecuménicas”, pues tradicionalmente el ministerio episcopal está ligado al celibato.
La ordenación sacerdotal anglicana no es válida para la Iglesia católica, por lo que los pastores anglicanos que deseen convertirse en sacerdotes católicos de pleno derecho deberán ser ordenados de nuevo por un obispo católico.
Tomado de elnuevoalcazar.es